Un inesperado hallazgo ha sacudido al sector minero y a la opinión pública en Francia. En la región de Auvernia-Ródano-Alpes, próxima a la frontera con Italia y Suiza, un agricultor local descubrió fortuitamente un yacimiento de oro estimado en 150 toneladas, lo que lo convertiría en el mayor hallazgo aurífero en la historia moderna del país. No obstante, lejos de convertirse en millonario, el descubridor ha visto cómo el Estado asumía de inmediato el control del terreno y del recurso, invocando las disposiciones del Código Minero francés.

El protagonista del hallazgo es Michel Dupont, de 52 años, quien posee una finca en una zona rural montañosa del departamento de Alta Saboya. Según relató a medios locales, el descubrimiento ocurrió de manera completamente accidental: “Era una mañana tranquila. Paseaba por el borde del arroyo que cruza mis tierras, cuando algo brilló entre las piedras. Me agaché, removí con la pala, y encontré varias pepitas. Pensé que era una broma”, afirmó Dupont, visiblemente emocionado.

La curiosidad lo llevó a excavar con más profundidad en el lecho del arroyo, y fue entonces cuando halló indicios claros de un filón de gran extensión. Tras contactar con un geólogo amigo de la familia, las muestras fueron enviadas a análisis preliminares que confirmaron lo que parecía impensable: un yacimiento de alta ley con un volumen estimado de hasta 150.000 kilos de oro, distribuidos en una veta subterránea que se extiende varios cientos de metros bajo su propiedad.

De confirmarse las estimaciones iniciales, el hallazgo de Dupont superaría ampliamente los registros históricos de minería de oro en Francia. Tradicionalmente, la producción aurífera francesa ha sido limitada, con explotaciones en el Macizo Central y los Pirineos que fueron cerradas en las décadas de 1990 y 2000 por razones económicas y medioambientales.

Este descubrimiento no solo reactiva el debate sobre la minería metálica en suelo francés, sino que también pone a prueba el marco legal vigente. Según la legislación minera de Francia, el oro, como otros recursos estratégicos del subsuelo (hidrocarburos, minerales metálicos, etc.), pertenece al Estado, incluso si se encuentra en un terreno de propiedad privada. Esta normativa, que data del siglo XIX y fue reformada en múltiples ocasiones, busca garantizar la gestión racional de los recursos y la protección del patrimonio común.

Tras la notificación del hallazgo, las autoridades francesas actuaron con rapidez. Equipos del Ministerio de Transición Ecológica y de la Oficina de Investigación Geológica y Minera (BRGM) se desplazaron al sitio para realizar las primeras inspecciones. La zona fue acordonada y declarada de interés estratégico, lo que suspende cualquier intervención privada hasta que se concluyan los estudios técnicos, ambientales e históricos exigidos por ley.

“No podemos permitir una explotación apresurada ni sin garantías. Primero debemos conocer el impacto ambiental, la estructura geológica y la viabilidad económica del proyecto”, señaló un portavoz del Ministerio.

Aunque Michel Dupont fue quien descubrió el yacimiento en sus tierras, la ley francesa no le concede derechos de explotación ni propiedad sobre el mineral encontrado. Sin embargo, sí contempla la posibilidad de una compensación económica, cuya cuantía se determina caso a caso. En este caso particular, fuentes cercanas al Ministerio han mencionado que podría recibir una retribución equivalente al 0,5 % del valor bruto estimado, es decir, en torno a 20 millones de euros.

"Claro que estoy decepcionado. Encontré algo extraordinario, pero no tengo derecho a nada más allá de una posible compensación. Es mi terreno, pero no mi oro", lamentó Dupont. Aun así, el agricultor asegura estar dispuesto a colaborar con las autoridades para facilitar los estudios y proteger el entorno.

El hallazgo ocurre en un contexto internacional marcado por el alza del precio del oro y la creciente tensión sobre el acceso a materias primas críticas. La Unión Europea ha reforzado en los últimos años su estrategia de seguridad de abastecimiento, alentando a los Estados miembros a identificar y aprovechar sus propios recursos estratégicos.

Si el yacimiento de Auvernia-Ródano-Alpes resulta viable desde el punto de vista técnico, ambiental y económico, podría marcar el renacimiento de la minería metálica en Francia, que desde hace décadas ha estado en declive. Sin embargo, las autoridades advierten que cualquier explotación deberá cumplir con los más altos estándares de sostenibilidad y consulta ciudadana.

Por ahora, no se ha anunciado ningún calendario oficial para la explotación del yacimiento ni se han revelado estudios definitivos sobre la ley del mineral o la profundidad del filón. Tampoco se ha confirmado si el Estado explotará directamente el recurso a través de una empresa pública o si abrirá una licitación internacional para empresas privadas, como ha ocurrido en casos anteriores.

Lo único claro es que el hallazgo ha generado un gran revuelo tanto en la región como en los círculos económicos y políticos de París. Mientras tanto, Michel Dupont, el agricultor que se topó con la fortuna bajo sus pies, espera que al menos una pequeña parte del tesoro le sea reconocida: “No quiero quedarme con todo. Solo que no me olviden”.La normativa impide al propietario beneficiarse del hallazgo, que queda sujeto a estudios técnicos, históricos y medioambientales.

Un yacimiento de oro de grandes dimensiones ha sido descubierto en la región francesa de Auvernia-Ródano-Alpes, cercana a las fronteras con Italia y Suiza. El hallazgo, realizado de forma fortuita por un agricultor local, ha sido inmediatamente intervenido por el Estado, que ha paralizado cualquier actuación a la espera de estudios técnicos y administrativos.

Michel Dupont, agricultor de 52 años, realizaba un paseo matinal por su finca cuando observó un brillo inusual junto a un arroyo que cruza sus tierras. Al remover el fondo con una pala, halló varias pepitas de oro. "Después de cavar un poco, encontré algunas pepitas de oro. Fue increíble, no podía creer que hubiera estado allí bajo mis pies durante tantos años", declaró a Atelier de France. Tras excavar algo más, comprobó que no se trataba de una simple curiosidad mineral, sino de un filón de grandes proporciones.

Según las primeras estimaciones, el yacimiento podría contener hasta 150 toneladas de oro, con un valor que superaría los 4.000 millones de euros. De confirmarse, se trataría del mayor depósito aurífero descubierto hasta la fecha en Francia.

Aunque el hallazgo se produjo en terrenos de su propiedad, Dupont no tiene derecho alguno sobre el yacimiento. En virtud del Código Minero francés, los recursos del subsuelo —como el oro— pertenecen al Estado, con independencia del titular del terreno en superficie. Además, la normativa exige la realización de estudios ambientales, históricos y técnicos antes de autorizar cualquier tipo de explotación. "Dijeron que primero tenían que hacer evaluaciones ambientales e históricas", explicó el agricultor.

El Gobierno ha bloqueado la zona y no ha presentado aún ningún plan de actuación. No se han difundido análisis sobre la pureza del mineral, la viabilidad económica del proyecto ni el posible calendario de intervención. Tampoco se ha determinado qué impacto tendría sobre los propietarios de terrenos colindantes.

En casos similares, el Estado puede conceder licencias de explotación a empresas privadas e incluso otorgar compensaciones a los descubridores, aunque estas suelen representar una parte mínima del valor del recurso. En este caso, se ha mencionado la posibilidad de una compensación equivalente al 0,5 % del valor estimado, lo que rondaría los 20 millones de euros.