La decisión fue anunciada por Díaz durante su comparecencia ante el pleno de la Junta General del Principado, en una sesión marcada por las duras críticas de la oposición a la gestión y control de la explotación operada por la empresa Blue Solving. La consejera, visiblemente afectada, defendió su actuación desde el día del accidente y lamentó el uso político que, a su juicio, se ha hecho de la tragedia.

“Desde el accidente mi único objetivo era investigación, verdad y justicia, y tengo claro que en ningún caso voy a ser un obstáculo para la investigación”, declaró Díaz, agradeciendo al presidente del Principado, Adrián Barbón, la confianza depositada en ella desde su nombramiento en febrero.

La presión política y pública sobre la gestión del accidente creció tras revelarse que, días antes del suceso, varios mineros habían mostrado síntomas de intoxicación por gases. Posteriormente, una inspección detectó “indicios de extracción irregular de carbón” en un nivel de la mina que no contaba con permiso de explotación, donde finalmente se produjo la explosión por acumulación de grisú.

Díaz aprovechó su intervención para acusar a los grupos del PP y Vox de anteponer intereses partidistas a la búsqueda de responsabilidades reales. “No les importa por qué se produjo la explosión. Solo buscan atacarme personalmente a mí y a mi familia”, afirmó con firmeza.

De formación ingeniera de Minas y con una sólida carrera académica y técnica, Belarmina Díaz había ocupado la Dirección General de Energía y Minería desde 2017 hasta su reciente nombramiento como consejera. Su renuncia se produce apenas dos meses después de asumir el cargo, en uno de los momentos más delicados para el sector industrial asturiano en los últimos años.

El Gobierno del Principado aún no ha anunciado quién asumirá la cartera en sustitución de Díaz, mientras continúa la investigación judicial y administrativa para esclarecer las causas exactas del accidente y depurar las responsabilidades pertinentes.