El hallazgo de los últimos cinco cuerpos, ocurrido el domingo 5 de octubre, puso fin a un operativo de búsqueda que se extendió por casi un mes y que movilizó a decenas de rescatistas en condiciones extremadamente difíciles. El accidente fue provocado por el colapso de unas 800.000 toneladas de material húmedo, que se desplazaron desde la antigua mina a cielo abierto hacia los niveles subterráneos, arrasando varias áreas de trabajo.

“Lamentamos profundamente la pérdida de nuestros siete compañeros de trabajo en este trágico incidente y extendemos nuestras más sinceras condolencias a las familias que perdieron a sus seres queridos”, expresaron en un comunicado conjunto Richard C. Adkerson, presidente del directorio, y Kathleen Quirk, presidenta y directora ejecutiva de Freeport. “Agradecemos la extraordinaria labor del equipo de respuesta a emergencias, que trabajó incansablemente para localizar a nuestros compañeros”, añadieron.

La mina Grasberg, operada por PT Freeport Indonesia (PTFI), es la segunda mina de cobre más grande del mundo y un activo clave para las operaciones de la compañía estadounidense en el país asiático. El yacimiento representa aproximadamente la mitad de las reservas de Freeport Indonesia y se estima que aportará cerca del 70% de su producción de cobre y oro hasta 2029.

Tras el incidente, Freeport suspendió todas las operaciones en el distrito minero de Grasberg y declaró fuerza mayor en sus envíos a Indonesia, además de reducir sus previsiones de producción para este año y el próximo. La empresa anticipa que la producción de cobre en el cuarto trimestre será “insignificante”, y que las ventas previstas para 2026 se reducirán en un 35%.

Según estimaciones de Benchmark Mineral Intelligence (BMI), la pérdida acumulada de producción entre septiembre de 2025 y fines de 2026 podría alcanzar las 600.000 toneladas de cobre contenido, una cifra equivalente a la producción anual estimada para la mina Collahuasi, en Chile.

Freeport indicó que la investigación del accidente está en marcha, a cargo de un equipo de expertos externos que busca determinar las causas del evento y emitir recomendaciones para evitar incidentes similares. Se espera que el informe final esté disponible hacia finales de 2025.

Mientras tanto, la empresa trabaja junto con las autoridades del gobierno indonesio en la revisión de los planes operativos y de seguridad para el futuro reinicio de las operaciones, que podría comenzar gradualmente en algunas áreas no afectadas a fines de este año.