Stausholm, de nacionalidad danesa, se incorporó a Rio Tinto en 2018 como director financiero y asumió el rol de CEO en un momento particularmente desafiante para la minera, tras la crisis reputacional que vivió la compañía por la voladura de las cuevas aborígenes Juukan Gorge en Australia. Su llegada al mando marcó un giro en la cultura corporativa y en la estrategia de negocio de la firma, buscando restablecer la confianza con comunidades, inversionistas y gobiernos, y alinearse con las tendencias globales de sostenibilidad y transición energética.

Durante su gestión, Rio Tinto fortaleció su posicionamiento en minerales críticos para la descarbonización, como el litio, el cobre y el aluminio de bajo carbono. Asimismo, avanzó en alianzas estratégicas con gobiernos y otras empresas para desarrollar nuevas tecnologías en fundición, hidrógeno verde y cadenas de suministro responsables. Bajo su liderazgo, la compañía también aceleró proyectos clave en Guinea, Serbia, Canadá y Australia, y reformuló su enfoque en gobernanza ESG.

El presidente del directorio, Dominic Barton, elogió el legado de Stausholm:

“Jakob ha restaurado la confianza en Rio Tinto. Bajo su liderazgo, la empresa se ha alineado con los desafíos y oportunidades de largo plazo, ha construido un equipo diverso y preparado, y ha sentado las bases para una década de crecimiento responsable y rentable. Este es el momento adecuado para planificar una transición ordenada hacia una nueva etapa de liderazgo.”

Por su parte, Stausholm afirmó que la decisión fue tomada en acuerdo con el directorio y que se trata de un momento natural para permitir que un nuevo CEO lleve adelante la siguiente fase del desarrollo de la compañía:

“Ha sido un verdadero privilegio liderar Rio Tinto. Me siento profundamente orgulloso del progreso que hemos logrado juntos, especialmente en términos de desempeño operativo, ejecución de proyectos y valor para los accionistas. Estoy convencido de que la empresa tiene el talento y la estrategia para seguir prosperando en el largo plazo.”

El ejecutivo continuará en su rol hasta que se designe a su sucesor, en un proceso de selección liderado por el Comité de Nominaciones del directorio. Aunque no se han entregado plazos específicos, la compañía aseguró que se trata de un proceso “riguroso y global”, con la mirada puesta en consolidar las prioridades estratégicas ya definidas.

La salida de Stausholm se da en un contexto desafiante para la industria minera, donde las empresas enfrentan crecientes presiones regulatorias, sociales y tecnológicas, además de una volatilidad sostenida en los mercados de materias primas. Al mismo tiempo, la transición energética y la digitalización de las operaciones representan oportunidades de transformación que requieren liderazgo firme y visión de largo plazo.

Rio Tinto, una de las mayores mineras diversificadas del mundo, continúa apostando por una cartera de activos enfocada en minerales estratégicos y procesos de producción más sostenibles. La elección de su próximo director ejecutivo será clave para definir cómo la compañía navegará esta nueva etapa de la industria.